Compartimos con ustedes la Columna de Opinión del Presidente de CORMINCO A.G., Juan Carlos Sáez donde trata el tema:
Pasivos Ambientales Mineros
Hoy nadie discute que el tema de los relaves y otros Pasivos Ambientales Mineros (PAM) llegó para quedarse en la opinión pública. El dato estimativo nos dice que nuestro país produce 1,6 millones de toneladas de relaves mineros al día, lo cual trae enormes desafíos para enfrentar su disposición y tratamiento.
La mayoría de estos relaves son inocuos. Se trata de piedra molida a la que se le han quitado especies útiles y metales pesados, sin presencia de químicos, ya que los que se utilizan para recuperar cobre se degradan al contacto con el ambiente. Pero se trata de partículas finas que deben ser controladas para evitar su dispersión por agentes como viento y lluvia y deben resistir grandes sismos y eventos climatológicos como aluviones.
Las compañías mineras regionales han ido modernizando sus sistemas y han adquirido un compromiso con el desarrollo de las comunidades donde operan. Pero también han debido hacerse cargo de una serie de pasivos mineros, que datan incluso de los inicios de la minería. Se estima que a nivel nacional existen 658 tranques de relaves, el 57% de ellos se localizan en la Región de Coquimbo, el 24% en la Región de Atacama y el 19% en las restantes regiones.
Se trata de un debate que ha tomado fuerza en los últimos años, no sólo en Chile, sino también en todos los países mineros, llegándose incluso a discutir la posibilidad de depositar algunos de ellos en el mar. Nuestro país está recién comenzando a visualizar posibles soluciones para recuperar los pasivos ambientales mineros, pero el avance que se puede percibir al respecto es que existe consenso en que la minería, por sí sola, no dará con la solución al problema.
Esta tarea se debe afrontar junto a las universidades, el gobierno, los centros de capacitación, el Sernageomin y por supuesto, las compañías mineras. Las soluciones no sólo deben ser técnicas, también se debe desarrollar la conciencia pública y privada para abarcar la problemática de los PAM, sobre todo aquellos abandonados.